Amado Nervo era el seudónimo de Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo, escritor mexicano.
Su padre modificó su apellido, porque era muy largo. Amado bromeaba diciendo que su éxito se debió a la sonoridad de su nombre y apellido.
Poesía para compartir
Amado Nervo era el seudónimo de Juan Crisóstomo Ruiz de Nervo, escritor mexicano.
Su padre modificó su apellido, porque era muy largo. Amado bromeaba diciendo que su éxito se debió a la sonoridad de su nombre y apellido.
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Independencia del Perú
Cómo era San Martín
La Batalla de Maipú
San Martín rehízo sus
efectivos y el 5 de abril siguiente obtuvo un gran triunfo en la batalla de
Maipú.
Tras la invasión del ejército de José de San Martín, que derrotó a
la fuerza de Rafael Maroto en la batalla de Chacabuco (12
de febrero de 1817), los restos de las fuerzas leales al monarca tuvieron que
replegarse hasta recibir los refuerzos que el virrey Joaquín de la Pezuela pudo
reunir.
La batalla de Cancha Rayada, también conocida como sorpresa o desastre de Cancha, desarrollada en el marco del periodo independiente donde fueron derrotadas las fuerzas patriotas.
Las tropas realistas que aún permanecían en el sur de Chile fueron reforzadas desde el Perú e iniciaron un avance sobre Santiago. En la noche del 19 de marzo de 1818 lograron sorprender en Cancha Rayada al ejército unido de argentinos y chilenos, que se dispersó parcialmente.
La Bandera de los Andes
La historia de creación
de la Bandera de Los Andes nos lleva a conocer la fuerza y la valía de aquellas
mujeres que la confeccionaron para que fuera el gran emblema de libertad.
Cada nación tiene
su historia, y con ella los símbolos que la distinguen de otras. La bandera es
uno de esos ejemplos, es el estandarte por excelencia que identifica a cada
pueblo con los deseos de ser una nación libre
El Ejército de Los Andes, necesitaba
ese emblema para izar en cada batalla victoriosa, por ello el General San
Martín decidió encargarla. La historia cuenta que se acercaba el final del año
1816, cuando en el brindis de Navidad, en casa de la familia Ferrari, el
General manifestó su anhelo de que se confeccionara una bandera para el
Ejército de Los Andes.
Al día siguiente de esa reunión, las
Patricias se pusieron manos a la obra. El General les había dado una serie de
lineamientos que ésta debía cumplir con sus respectivos elementos. Éstos
fueron:
San Martín tenía muy claro los colores que debía tener la bandera del Ejército de los Andes: celeste y blanco.
El escudo de armas que orna el centro de la bandera, se estima que fue dibujado por el Capitán Bermúdez o el Sargento Antonio Arcos. Laureana Ferrari escribió que el óvalo del escudo fue diseñado por una tal señora de Huisi y las manos dibujadas por el brigadier Soler; también reveló que las lentejuelas de oro fueron sacadas de dos de sus abanicos (que hoy se encuentran expuestos en el Museo Histórico Nacional) y que el óvalo y el sol del escudo fueron adornados con rosetas de diamantes y perlas de collares suyos y de Remedios.
La liberación de Chile
Concluida la preparación del Ejército de los Andes, entre cuyos jefes se contaba el gran patriota chileno Bernardo O'Higgins, a mediados de enero de 1817 se inició el cruce de la cordillera, que parecía insalvable para una masa militar en campaña. Traspuestas las montañas, las tropas libertadoras vencieron en Chacabuco a un ejército realista el 12 de febrero, victoria que les dejó libre el camino de Santiago, la capital de la antigua Capitanía General o Reino de Chile.
Tres días después, se reunió en la mencionada ciudad una representación de hombres notables, la cual designó al Libertador para que fuera el máximo magistrado político del país. Como San Martín declinó ese honor, entonces se escogió al brigadier O'Higgins, con el título de director supremo, para regir los destinos del país hermano. Al asumir el cargo, el patriota chileno dirigió al pueblo una proclama en la que dejaba constancia de que "los hijos de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de esa nación que ha proclamado su independencia como fruto precioso de su constancia y patriotismo, acaban de recuperaros la libertad".
Con motivo de la victoria de Chacabuco, el Cabildo de Santiago obsequió al general San Martín la suma de diez mil pesos. El héroe declinó el regalo y a la vez solicitó al ayuntamiento que lo destinara a fundar una biblioteca nacional, para que el pueblo, decía en una nota, "se ilustre en los sagrados derechos que forman la esencia de los hombres libres".
Mientras se hallaba en el Norte, San Martín llegó al convencimiento de que por ese solo camino no se lograría derrotar a las fuerzas del virrey del Perú que ocupaban el Alto Perú. En su concepto, era necesario abrir un segundo frente por el océano Pacífico y avanzar sobre Lima para que las tropas virreinales se retirasen a fin de acudir en defensa del territorio peruano amenazado. Mientras esto no sucediese, el Ejército del Norte y la defensa de la frontera con el Alto Perú quedarían a cargo de Martín Miguel de Güemes y sus milicias gauchas.
El 10 de agosto de 1814, el director supremo Gervasio Antonio de Posadas designó a San Martín -dijo hacerlo "a su instancia y solicitud"- "gobernador intendente de la Provincia de Cuyo, con el doble objeto de continuar los distinguidos servicios que tiene hechos a la Patria y el de lograr la reparación de su quebrantada salud en aquel delicioso temperamento".
Cabe señalar que la gobernación intendencia de Cuyo había sido creada el 29 de noviembre de 1813, con jurisdicción sobre las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis, separadas por esta decisión de la de Córdoba.
El plan continental de liberación
Llevaba San Martín dos meses en el gobierno de Cuyo -asumido por él en septiembre de 1814- cuando sucumbió el régimen independentista de Chile a manos de las tropas represoras enviadas por el virrey del Perú. Esto determinó que el Libertador replantease su plan de acción militar, lo que lo llevó a optar entre dos alternativas: o adoptar un plan defensivo en previsión de que las tropas del virrey del Perú atacasen a Cuyo atravesando la cordillera de los Andes o formar un ejército para cruzar esas montañas a fin de liberar Chile y, conseguido esto, hacer otro tanto con el Perú. Se decidió por la segunda, o sea por una acción militar destinada a asegurar a los pueblos hispanoamericanos su segregación de la monarquía borbónica y su condición de estados soberanos.
El plan continental sanmartiniano fue aprobado por el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata poco después de haber declarado estas su independencia el 9 de julio de 1816.
EL CRUCE DE LOS ANDES
El 5 de enero de
1817 se inició el cruce de la cordillera de los Andes.
El Ejército de los
Andes, formado en El Plumerillo (a 7 km de Mendoza), abandonó el campamento e
inició el cruce de los Andes por los pasos de Los Patos y Uspallata. Estas vías
abruptas aseguraban el factor sorpresa. El cruce duró 21 días, utilizándose guías
(baqueanos). La altitud máxima alcanzada superó los 4000 msnm.
El plan de campaña
era dividir las tropas en dos columnas (principal y secundaria) y cuatro
destacamentos.
Principal: estaba
formado por tres columnas al mando respectivo de Miguel Estanislao Soler
(vanguardia), San Martín y O'Higgins, ambos con la reserva a una jornada de
distancia. Avanzó por el paso de Los Patos.
Secundaria: estaba
al mando de Juan Gregorio de Las Heras, que avanzó por la ruta de Uspallata. A
dos días de distancia lo seguía Luis Beltrán con el parque y la artillería.
Las fuerzas
principales llegaron al otro lado entre el 6 y el 8 de febrero.
En Buenos Aires, en San Lorenzo
A poco de su llegada, el gobierno triunvirato le confió la organización de un escuadrón de caballería, que en pocos meses se constituiría en la base del Regimiento de Granaderos a Caballo, de inmortal memoria en las luchas por la emancipación americana.
Mientras instruía a oficiales, cadetes, cabos y soldados en el arte militar, en el manejo de las armas y en la disciplina castrense, el general San Martín contrajo matrimonio con María de los Remedios de Escalada.
El 7 de diciembre de 1812, el nuevo gobierno triunvirato le concedió el empleo de coronel del flamante regimiento.
El 3 de febrero de 1813, San Martín, al frente de 120 granaderos, obtuvo su primera victoria en tierra americana al derrotar en San Lorenzo, cerca de la ciudad santafesina de Rosario, a 250 infantes desembarcados de una expedición fluvial corsaria promovida por el gobierno de Montevideo, ciudad aún dominada por partidarios del rey Borbón. El combate duró quince minutos y en su transcurso el jefe criollo estuvo a punto de perder la vida al quedar aprisionado por su caballo herido.
Convento de San Carlos Borromeo
EL COMBATE DE SAN LORENZO
LA MARCHA DE SAN LORENZO
El Ejército del Norte había sido creado por el gobierno revolucionario en 1810 para afirmar su autoridad y consolidar el movimiento independentista hasta las fronteras con el Virreinato del Perú. Al mando del benemérito general Manuel Belgrano, vencedor en las batallas de Tucumán y Salta, penetró en 1813 en el Alto Perú (actual Bolivia), donde sufrió los reveses de Vilcapugio y Ayohuma. Mientras las fuerzas militares derrotadas retrocedían hasta Salta para reorganizarse, el gobierno de Buenos Aires decidió socorrerlas con el envío de refuerzos al mando del coronel San Martín. Este asumió el mando del Ejército del Norte el 29 de enero de 1814, tras disponerse el relevo del general Belgrano.
El nuevo jefe, que estableció sus cuarteles en Tucumán, se dedicó a reorganizar y disciplinar el ejército que se le había confiado, para lo que se valió de sus amplios conocimientos militares. Se hallaba dedicado a tan importante tarea cuando un grave deterioro de su salud lo obligó a pedir licencia, que le fue concedida. Pasó entonces a Córdoba, donde el descanso y los cuidados médicos contribuyeron a mejorar su estado.
“Mi país nativo”
Corrido el tiempo, San Martín evocaría en varias ocasiones esta etapa de su vida.
Así, en 1848, escribió lo siguiente: “yo serví en el ejército español, en la Península, desde la edad de trece a treinta y cuatro años, hasta el grado de teniente coronel de caballería. Una reunión de americanos en Cádiz, sabedores de los primeros movimientos acaecidos en Caracas, Buenos Aires, etc., resolvimos regresar cada uno al país de nuestro nacimiento, a fin de prestarle nuestros servicios en la lucha, pues calculábamos se había de empeñar".
Muchos años antes, en 1819, había manifestado: "Hallábame al servicio de España el año 1811 con el empleo de comandante de escuadrón del Regimiento de Caballería de Borbón cuando tuve las primeras noticias del movimiento general de ambas Américas, y que su objetivo primitivo era su emancipación del gobierno tiránico de la Península. Desde este momento me decidí a emplear mis cortos servicios a cualquiera de los puntos que se hallaban insurreccionados: preferí venirme a mi país nativo, en el que me he empleado en cuanto ha estado a mis alcances... ".
San Martín y otros rioplatenses desembarcaron el 9 de marzo de 1812 en Buenos Aires, la ciudad capital del antiguo Virreinato del Río de la Plata.
Contribuir a la independencia de los pueblos americanos era la alta misión que lo había impulsado a retornar a la tierra de su nacimiento.
SAN MARTÍN PARA LOS MÁS CHICOS
Breve biografía de José Francisco de San Martín.
Soldado del ejército real
José de San Martín, después de realizar estudios elementales en Málaga, donde se había establecido su familia, se incorporó en 1789 como cadete al Regimiento de Murcia, del arma de infantería.
Mientras formó parte del ejército real con guarnición en España, combatió inicialmente en África contra los moros (árabes islámicos que habitaban en el norte de ese continente) y después lo hizo en Europa o en los mares vecinos, en guerras sostenidas con Francia, Inglaterra y Portugal. Esto determinó su participación en treinta y una acciones bélicas, siendo una de ellas el combate de Arjonilla.
Por su actuación en la famosa batalla de Bailén, donde resultaron batidas las legiones invasoras del emperador Napoleón I, fue ascendido al grado de teniente coronel y condecorado con medalla de oro, alto timbre de honor del ya por entonces destacado militar rioplatense.
Por este tiempo, en que pasó a ser oficial de caballería, San Martín se vinculó a otros jóvenes americanos, residentes en la Península, que forjaban planes de independencia política para las respectivas regiones de su nacimiento.
En 1811, pidió y obtuvo su retiro del ejército real, dejó España por la vía de Portugal y se trasladó a Londres, donde esperaba concretar su propósito de pasar a América.
Breve biografía de José Francisco de San Martín
El nacimiento en Yapeyú
José Francisco de San Martín fue hijo del capitán don Juan de San Martín, nacido en Cervatos de la Cueza el 3 de febrero de 1728, y de doña Gregoria Matorras del Ser, que vio la luz en Paredes de Nava el 12 de marzo de 1738. Las dos poblaciones pertenecían al Reino de España y estaban en jurisdicción de Palencia, una de las provincias de Castilla la Vieja.
El Libertador vino al mundo el 25 de febrero de 1778 en Yapeyú, que actualmente forma parte de la provincia argentina de Corrientes y que, por entonces, era la capital de uno de los cuatro departamentos en que habían sido agrupados los treinta pueblos de las misiones guaraníticas tras disponer el rey Carlos III en 1767 la expulsión de los jesuitas, quienes habían evangelizado la región, sufrido el martirio en muchos casos e incorporado a miles de indígenas a la vida civilizada.
Don Juan de San Martín ejerció allí, desde 1775, las funciones de teniente de gobernador.
En 1781, la familia San Martín -el padre, la madre y cinco hijos, de los que cuatro eran varones- estaba radicada en Buenos Aires.
Todos emprendieron viaje a España a fines de 1783, haciéndolo a bordo de la fragata Santa Balbina. Arribaron al puerto de Cádiz en la segunda quincena de marzo de 1784.
SAN MARTÍN PARA LOS MAS CHICOS